caída

Un hambre que abraza y destruye hasta al más fuerte,
todo sobre un río de celos y pulcritud.
Nada puede contra ella, y termina derribándonos,
yo ya estoy muerto.
Nuestros envidiosos, alma del más pobre, ya no lloro por él,
ahora contengo las lágrimas,
ahora se reseca mi cuerpo,
ahora cae la hoja fría templada sobre mi cuello,
ahora me siento brotar en capacidades que no reconozco,
o que nunca consideré.
Y quizá esa sea mi salvación.
Valores... ¡no existen los valores!
Esto es acuerdo, pactos, conveniencia, en fin...debilidades, absoluta pobreza y miseria.
El fuego. Los vientos. El ser animado, vivaz, ágil y tempestuoso,
que queriendo termina siendo tempestivo.
Entonces es cuando el vómito sale de mi cuerpo,
y cubre todas las playas, ríos y mares.
Pero esto ocurre por las noches,
en las madrugadas serenas,
cuando los espíritus vagabundean y buscan ser amados.
Igual que yo,
igual que vos,
igual que todos.