le falta el aire...

...por eso muere.
Se me desbordan las palabras de la boca ciega y muda,
y no consigo dar con los lugares correctos,
y batallo en una constante con los lugares comunes.
Ahora soy leal a mis pensamientos (porque aprendí a abrazarlos),
y puedo desgarrar de mis ojos la verdad,
esa que dice acerca de que nada es original.
Sé como funciona el castigo,
como mi columna reacciona al látigo,
y como en el momento en que recibo, mis manos piensan en las tuyas.
Porque fue ahí en donde encontré tu sonrisa, tu lágrima, tu voluntad.
El ansia de vida.
Toda castigada y sucia de tanta maldad.

¿Viste como te conozco?