Ese pequeñito ángel armado,
que mira porque tiene ojos y sabe dirigir la mirada...
Quién tiene la audacia de auto proclamarse poeta no cree en nada.
No cree en Dios, no cree en los milagros, no cree en el amor.
Y cree que su mentira es la mejor de todas,
porque ha logrado embaucarse a si mismo de tanto ego.
La bendición de escribir no nos pertenece.
Por eso, piedad con los débiles,
y caridad a nuestras almas pobres.