esta dignidad manoseada

Quedamos dislocados en aquel tiempo,
al margen de toda autoridad moral, psicológica y etc...
Tartamudeo en el deseo compulsivo de los cuerpos
que se penetran y se suavizan con la mirada.
Pero impongo autoridad, y noto como tus capacidades quedan 
ausentes de toda lealtad al individuo. Ese que sufrió por años,
y resistió, y finalmente decidió condenarse a los recuerdos.
Estoy dotado de todo lo absurdo,
acostumbrado a navegar por los cielos más amplios,
para luego sentir la tierra fértil con las manos,
cuando está húmeda, atrapo mucho y me lo llevo a las bocas.
¡Cuánta hambre! Cuanto miedo...

Soy todas tus familias.
¡¡¿Ahora podés recordarme?!!
Lloro por tu cuerpo desnudo,
y cuando lamo tu sudor repongo toda mi vida en segundos.
Y estas vidas... todas nuestras vidas...
ya no nos pertenecen, así que calma...
Podemos continuar respirando.