Sos tan barata, aún hoy... Siempre fácil, la condición ensuciada desde siempre.
¿A quién te rebajás ahora? ¿De quién buscas comer ahora?
(Preguntó el faisán al peregrino con vehemencia)
La mugre en el pensamiento que tarde o temprano se ve en el actuar.
¡Mirá! Mirá como la boca se abre y habla sobre espiritualidad...
Siento vagancia.
Se quemó en el desespero, en su propia mentira tapada,
en su propio llanto disimulado de tanta intención malograda.
El ensañamiento fue tanto, fue puro y original, que La Luna miraba con vergüenza.
Y entonces dijo, La Luna: ¡No quiero que usen más mi nombre en vano!
Porque todo fue una mentira, porque siempre fuiste una mentira.
Safar la vida leyendo lo que hay que leer,
la marioneta actúa boba siguiendo la zanahoria del mundo zen,
entonces el vicio llega, la luz se apaga, la prueba puesta en el camino...
¡Y fallás! Y tu tan querida y amada Luna vuelve a llorar de pena.
El hombre vacío y de musculatura apta,
ignorante lector absurdo propio de tu mundo va a llegar.
En cualquier momento, el monumento plástico de cabellos claros de tu agrado,
blanco e inerte va a llegar.
Y con él el dolor, el sufrir sentirás por haber perdido la magia del rocío en el beso húmedo.
Ese que sabés que nunca más volverá.
Así fuíste,
así sos,
así serás.