y lo consigo como anhelo y objetivo cumplido.
Mi defensa son los sueños
arrebatados en sudor y cuerpos sin rostro.
Al ver el cielo morado
se crean nuevas grietas en mi,
y el bloque del tiempo se detiene y espera que llegue.
Soledad por dónde se la mire, a ella,
que es lo mas salvaje que pude concebir,
o mi amor a lo divino que está arrebatándome
de mi carne densa, cansada y espesa.
Tu boca quema de miedo,
de temor al fracaso, al olvido que entierra.
Y es tanto, pero tanto lo que me gusta
ver entrar y salir el helado de esa boca...
y tu lengua roja maravillosa y envidiable
también la pienso todo el tiempo.
Quiero dar mas pero no puedo,
no pidan, no exijan, y mantengan
sus tres horas de contemplación diaria.