Aprehendo el arte del vagabundeo a diario,
con la ironía puesta al límite,
y la exageración que la actriz me enseñó.
Como método de defensa
vivo de orgasmos impuntuales,
¿Pero tu corazón dice sentirme? ¿Es cierto?
Me desnudo y salgo a la calle,
y me miran ¡Y me aplauden!
Y también me dan monedas,
que luego llevo a la iglesia.
En la puerta me da mucho pudor,
y saco de la bolsa algunas ropas.
También porque soy muy respetuoso,
áspero, radiante de algo que no sé que es,
y admirador de las imágenes sagradas.
La salsa está caliente,
y el pan ya está en el horno,
si cenamos vamos a sentirnos bien,
si olvidamos todo, también.
Pero nunca, nunca olvides
que es mejor los pies sobre la tierra.
Algo olvidaste,
veni a buscarlo.